11 de enero de 2017
Ceremonia. Ritual por el holocausto. (MacDougall/AFP/Dachary)
Alemania y Namibia tienen la oportunidad de sellar un acuerdo histórico. Hace varios años que Berlín está dispuesto a reconocer como «genocidio» las matanzas que cometió contra hereros y namas hace más de cien años en África. La rebelión de ambas tribus en 1904 fue respondida por el Reich con una masacre que es considerada como una de las primeras limpiezas étnicas del siglo pasado. Se sabe que la gestión de Angela Merkel prepara una disculpa pública para mediados de este año y trascendió que no indemnizará a los descendientes de las víctimas. A cambio ofreció financiar infraestructura y dar becas a jóvenes. Esto fue motivo de alarma para los afectados que aseguran que el pasado sigue vigente, sobre todo en la injusta distribución de la tierra. Las familias de los sobrevivientes habitan reservas poco fértiles y superpobladas, por lo que exigen que el acuerdo incluya reparaciones económicas para comprar campos que siguen en manos de quienes los masacraron y desplazaron de sus tierras.