24 de agosto de 2016
Un grupo de viticultores franceses mostró que el euroescepticismo también crece en el campo y reactivó la histórica guerra del vino con España. El autodenominado Comando Regional de Acción Vitivinícola protagonizó ataques a las importaciones de vino que llegan del otro lado de los Pirineos a menor precio. En su última acción derramó 50.000 litros del producto, cerca de Montpellier, y reiteró sus acusaciones de «competencia desleal» y la utilización de etiquetas falsas para camuflar la procedencia de la materia prima. Cuentan con apoyo del senador socialista Henri Canabell, quien pidió intervención del gobierno en favor de los vinateros. Lo mismo ocurrió en España, donde los agricultores de la Unión de Uniones condenaron la pasividad francesa y exigieron sanciones bilaterales para los vinateros que impiden la libre circulación.