Opinión

Juan Carlos Junio

Dirigente cooperativista

Ante cada necesidad, una cooperativa

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Solidaridad. Cuando existen políticas de fomento al movimiento cooperativo es cuando más se potencia su capacidad de influir en la sociedad.

Foto: Shutterstock

Los cooperativistas de todo el mundo celebramos la declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2025 como año Internacional de las Cooperativas.

Esta trascendente decisión de ONU ya había ocurrido en 2012. Que se repita a tan solo 13 años es una demostración de la valoración y el reconocimiento universal existente hacia el rol trascendente del cooperativismo y la conciencia de que el mundo necesita más que nunca a las cooperativas como organizaciones, y a sus principios y valores a los efectos de que influyan en la vida social y productiva de todos los habitantes del planeta.

Hay que asumir los graves problemas que vive la humanidad, por el cambio climático y la degradación del ambiente, los miles de millones de seres humanos sumidos en el hambre, por el futuro del trabajo en un mundo acosado por el deterioro y la precariedad laboral, por la financiarización de la economía, anteponiendo las finanzas a lo productivo y el trabajo, por la violencia que atraviesa a la humanidad, e incluso por las denominadas fake news (noticias falsas)  y la manipulación de los medios de comunicación al servicio de núcleos de poder económico y político.

La alternativa
La cooperación se va transformando, sin prisa y sin pausa, en una opción organizativa de la sociedad, sustentada en los valores culturales de la solidaridad, el humanismo y el bien común y, a su vez, como expresión de organizaciones desde muy pequeñas hasta enormes por su magnitud, basadas en la eficiencia, a los efectos que la prestación del servicio a la sociedad sea valorada y beneficiosa, e incluso compita ventajosamente con las organizaciones basadas en el principio del capitalismo y del lucro.

Se ha elaborado una consigna muy interesante: «Ante cada necesidad, una cooperativa». Y tiene sustento, particularmente en la Argentina, teniendo en cuenta que en nuestro país el desarrollo del cooperativismo es muy importante, data de mediados del siglo XIX, y aborda todas las actividades productivas y sociales, entre ellas, servicios públicos, crédito, vivienda, salud, alimentos, consumo, cultura, trabajo y seguros.

Resulta imprescindible señalar que el movimiento cooperativo en el mundo tiene un alto grado de madurez: existen 3 millones de cooperativas con 1.200 millones de asociadas y asociados.

Nueva Delhi. Entre el 25 y el 30 de noviembre la Alianza Cooperativa Internacional presenta el 2025, año internacional del sector.

Foto: @CICOPA

Los cooperativistas argentinos no solo celebraremos en 2025, sino que a su vez consideramos esta decisión de la ONU como un compromiso para ratificar la identidad cooperativa y para mejorar el servicio, en el marco de nuestra concepción de defensa de las políticas públicas, ya que cuando existen políticas de fomento al movimiento cooperativo es cuando más se potencia su capacidad de influir en la sociedad en términos productivos y en la difusión de sus valores.

Lo grande y lo pequeño
En el caso particular de nuestro cooperativismo de crédito, con más de 100 años de historia y consolidado desde 1958 cuando se fundó el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, es una de las experiencias valiosas del movimiento cooperativo argentino. Hemos demostrado que no solo desde las pequeñas entidades, como eran las cajas de crédito barriales, que habían logrado una fuerte inserción en la comunidad, sino también en la gran organización cooperativa que recogió su legado, el Banco Credicoop, con sus 276 filiales, que para nosotros son casas cooperativistas, es un ejemplo de que las grandes organizaciones pueden sostener el ideario cooperativo aplicando creativamente y en la práctica el ideario de democracia y eficiencia.

Contamos con 4.000 dirigentes militantes del movimiento, en aplicación del principio de participación, que actúan en la gestión de la entidad desde cada filial al consejo de administración y que juegan un rol importantísimo de relacionamiento con la comunidad en cada uno de sus lugares.

En otros rubros de la actividad cooperativa, como el agrario, el consumo, los seguros, el trabajo y los servicios públicos, entre otros, también hay ejemplos de grandes organizaciones que impulsan con eficacia el desarrollo del cooperativismo en sus espacios de influencia.

En síntesis, en el marco de más de 180 años de historia del movimiento solidario, el reconocimiento de la ONU bajo el lema «Las cooperativas construyen un mundo mejor», interpela a los Gobiernos, a las cooperativas y a toda la comunidad a poner en valor nuestro modelo, para seguir aportando a la creación de respuestas a los grandes desafíos que afronta la humanidad.

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