10 de noviembre de 2020
El juez Juan Francisco Pisa quedó el ojo de la tormenta tras el femicidio de Paola Tacacho, acuchillada en Tucumán por un exalumno de inglés que después se suicidó. La mujer había hecho 13 denuncias en los últimos cinco años contra Mauricio Parada por acoso e intimidaciones, pero ninguna institución pública tomó el caso con la gravedad que merecía. Así, la familia de Paola reclama que «el Estado la desprotegió y desamparó». Organizaciones de derechos humanos presentaron un pedido de juicio político para el magistrado, pero, según afirman las autoridades, Pisa había presentado su renuncia al cargo quince días antes del hecho. La dimisión todavía no había sido aceptada por el gobernador Juan Luis Manzur. Belén, prima de Paola, dijo que la docente «consiguió varias perimetrales, pero nunca la Justicia ni la familia de él quisieron que se cumpla esa medida, las violaba todo el tiempo, nunca hubo un botón antipánico,
una tobillera electrónica o una custodia policial». El juez no elevó a juicio ninguna de las denuncias. «Ella hizo todo lo que tenía a su alcance para que este personaje se le aleje, para que deje de acosarla, y él siguió, porque nunca se hizo nada desde la Justicia».
Femicidio. Denunció acoso desde 2015. (Télam)