Política | 8 MESES DE MILEI

Asoma el desencanto

Tiempo de lectura: ...
Demian Verduga

La sólida adhesión que el presidente había logrado de sus votantes en el inicio de su gestión, comienza a debilitarse. Qué dicen los especialistas. Los desafíos de una oposición fragmentada.

Milei. Los sondeos de opinión registran una caída en la imagen positiva del presidente.

Foto: Reuters/Violeta Santos Moura

Todo indica que la luna de miel se terminó. La pared de la represa que el presidente Javier Milei había logrado construir con sus votantes tiene algunas fisuras y el agua ha comenzado a drenar. Por un momento pudo parecer en estos meses que Milei lograba zafar de una de las leyes básicas de la política cuando se ejerce el gobierno, es decir, que si no hay resultados económicos que mejoren la vida de la población, más tarde o más temprano, se paga el costo. El fenómeno de la extrema derecha argentina, con sus extravagancias, no es tan singular como para gambetear esta norma de hierro. Todos los indicadores económicos y sociales confirman que la sociedad está peor desde que la Libertad Avanza se hizo cargo de la Casa Rosada.

El sociólogo y consultor político Hugo Haime es uno de los encuestadores con mayor trayectoria del país. Realiza una medición mensual sobre muchas variables. Según Haime, que fue consultado por Acción, el dato nuevo que apareció en su sondeo del mes de julio es que el oficialismo desciende en todos los indicadores.

«No quiere decir que sea un desastre. Es un resquebrajamiento de los pilares sobre los que el Gobierno nacional sostenía una suerte de empate en la opinión pública –dice Haime–. Lo más notable es la disminución en las expectativas. Cayeron del 49% al 45% quienes consideran que mejorará de acá a un año. Es un retroceso importante. El discurso oficial que sostiene que hay que aguantar el ajuste porque después las cosas van a mejorar es uno de los pilares que se ha debilitado».

El sociólogo destacó que lo mismo ocurre a la hora de señalar al responsable de la situación económica actual. «Hace un mes, el 49% culpaba al Gobierno anterior, ahora eso bajó al 45%». «Y la imagen personal de Milei también descendió. La positiva pasó del 50% al 46% mientras la negativa subió del 50% al 53%, en línea con la desaprobación de la gestión».

La pobreza, principal preocupación
Como si se tratara de un médico que realiza un diagnóstico, Haime reúne todos estos síntomas para llegar a una conclusión. «Hay una caída generalizada de un mes a otro en todos los indicadores. El tema de controlar la inflación también cambió. Ahora un 50% piensa que no podrá y un 48% que sí, antes era al revés; pero hay un punto para señalar. Se modificó la consideración sobre cuál es el principal problema del país: ahora es la pobreza».

A pesar de estos números, hay un elemento que le pone un techo a las posibilidades que tiene la oposición para capitalizar este cambio de tendencia. La «batalla cultural», que es constante, todavía sigue siendo ganada por la derecha. Entre las cosas que mide, Haime hace las siguientes preguntas: ¿Milei tiene buenas ideas y sabe gobernar? ¿Tiene buenas ideas y no sabe gobernar? ¿Sus ideas son malas? En esa triada, las dos primeras preguntas contienen un aval ideológico al Gobierno y suman 54%, contra un 46% que considera que las ideas son las que no funcionan.

A su vez, el 54% que respalda conceptualmente la gestión gubernamental se divide en un 34% que acompaña también la acción de la Rosada y un 20% que señala que son buenas ideas mal ejecutadas. «Esa franja que comparte las ideas y critica la gestión es el electorado al que está apuntando Mauricio Macri», remarca Haime.

Protesta. El pasado 7 de agosto se realizó una importante manifestación en rechazo de las políticas del Gobierno.

Foto: Jorge Aloy

«Por lo que tengo estudiado, en el electorado de Sergio Massa en el balotaje también había una prevalencia de que había que hacer más eficiente al Estado, que no funcionaba demasiado bien. Son cosas que la oposición tiene que tomar en cuenta», agrega el consultor.

«El choque entre expectativa y realidad comienza a sentirse –reitera–. La mayoría de la población tiene que endeudarse, restringirse, usar ahorros, para llegar a fin de mes; por más que haya gente que diga que le va a dar más tiempo».

Las otras demandas
Analía del Franco es socióloga al igual que su colega y tiene una opinión más matizada sobre el retroceso del respaldo al Gobierno. «No veo que se esté desmoronando. Tiene un neto de 40% y un 35% de apoyo muy sólido a nivel nacional. Milei nunca tuvo una imagen positiva muy alta y toda la política está con pérdida de respaldo», dice Del Franco al empezar su análisis. «Hay mucha gente que considera que está logrando frenar la inflación. El punto es que, esa misma gente, ahora le está pidiendo laburo. Aparecen las otras demandas, pero él todavía conserva expectativa».

La consultora pone además una señal de alerta sobre la oposición: «Que Milei baje no quiere decir nada para el peronismo. La oposición debería preocuparse por proponer una alternativa. El desafío del peronismo es muy grande porque la mochila que lleva es muy pesada».

Al ser consultada sobre qué sostiene las expectativas de un sector de la población a favor de Milei, la consultora destaca: «Todavía no pasó ni un año desde que asumió. No es tanto tiempo». Respecto de la oposición, remarca una fortaleza del peronismo: «Es una fuerza que la sociedad la asocia con la palabra trabajo. Eso es bueno porque es el punto débil de Milei».

El politólogo Hilario Moreno es director de la consultora Dicen y también piensa que el peronismo, como diría la canción de Pappo Napolitano, tiene «mucho por hacer». «Lo primero que hay que entender es que la idea de que el peronismo como identidad política representa a la mitad de la población ya no es así, al menos en este momento», dice Moreno.

«Durante estos últimos años, podríamos decir que una elección “mala” del peronismo se ubicaba en un piso del 35-37% y una buena del 45% para arriba, con resultados muy potentes como el 54% de Cristina en 2011. Hay expresiones políticas, como los fenómenos provinciales, que ya no pasan por la estructura del peronismo. Ya no están garantizados esos pisos y techos. Ganar la interna peronista ya no implica casi un éxito garantizado», dice Moreno.

El consultor desliza su crítica a la dirigencia opositora en este punto. «Por ahora me parece que el piso nacional del peronismo está bajo y creo que no se han hecho demasiadas cosas para que eso cambie».

Moreno comparte que Milei está perdiendo respaldo. Al ser consultado por cuál sería el destino de estos arrepentidos, el politólogo destaca: «Yo lo que veo por ahora es un escenario de dispersión. No digo que sea igual a 2001 porque nada se repite de forma idéntica. Por ahora no parece que el desencanto con Milei haga una migración al peronismo. Puede pasar, pero algo hay que crear. Podría ser Axel Kicillof aliado con un sector del radicalismo, por ejemplo, pero hay que buscar propuestas nuevas».

Estás leyendo:

Política 8 MESES DE MILEI

Asoma el desencanto

Dejar un comentario

Tenés que estar identificado para dejar un comentario.