23 de octubre de 2024
Un emotivo encuentro recordó la vida y la obra de Floreal Gorini, a 20 años de su partida. Palabras de Carlos Heller, Juan Carlos Junio, Eduardo Aliverti y Antoaneta Madjarova.
Multitudinario. Las salas Solidaridad, Lozza y Tuñón del CCC estuvieron colmadas de público.
Foto: Jorge Aloy
Constructor, visionario, pedagogo, dirigente ejemplar. Pero, fundamentalmente, un humanista que no claudicó ni un solo día en su militancia por un mundo más justo y solidario. Así se recordó, con voces entrecortadas por la emoción, pero también con humor e inmensa gratitud, a Floreal Gorini a 20 años de su fallecimiento. Fue en un gran acto homenaje llevado a cabo en la sala Solidaridad, la mayor del centro cultural que lleva su nombre, un espacio que sintetiza su valioso legado, más vigente y vivo que nunca.
«Floreal siempre presente» fue el título de la convocatoria, encabezada por Carlos Heller, presidente del Banco Credicoop, Juan Carlos Junio, presidente del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y director del Centro Cultural de la Cooperación, Antoaneta Madjarova, integrante de la dirección del CCC, y el periodista Eduardo Aliverti.
«Nadie puede pronosticar los años que faltan para llegar a la sociedad realmente humana, pero estar en el camino para lograrlo hace a nuestra dignidad, nos eleva como hombres y nos hace sentir felices porque sabemos que estamos aportando a ese camino de paz, justicia e igualdad, y la victoria llegará y nuevas utopías aparecerán», dijo Heller citando a Gorini, y destacó que hasta el último día de su vida trabajó sin descanso en la concreción de diversas realizaciones que hoy exhibe el movimiento nucleado en el Instituto Movilizador. El CCC, el Banco Credicoop, Residencias Cooperativas de Turismo, fueron mencionados por Heller, que recordó cómo en cada una de esas instancias Floreal marcó el rumbo para concretar proyectos que parecían sueños imposibles.
Además de la sala Solidaridad colmada, afuera, en la sala Lozza, estaba dispuesta una pantalla desde donde numerosos asistentes siguieron el acto, así como también en la sala Raúl González Tuñón, en el segundo piso del CCC, donde se acomodó otro centenar de personas. A la vez, filiales de Credicoop de todo el país, con sus Comisiones de Asociados, pudieron seguir el encuentro gracias a la transmisión en vivo que se realizó por el canal de Youtube del CCC. El homenaje se extendió por todo el país.
Dentro de la sala Solidaridad, sobre el escenario, se encontraban artistas e investigadores del CCC. En el público, dirigentes del movimiento cooperativo, allegados, compañeros de militancia y familiares, entre ellos su hijo, el periodista y escritor Ulises Gorini, director de Acción. Luego de la proyección de un video con extractos de discursos, fotos y registros audiovisuales de Floreal, comenzó una conversación entre los oradores, que, entre lágrimas y risas, evocaron los principales rasgos de un dirigente imprescindible que extendió su militancia más allá del cooperativismo.
Aliverti destacó el respaldo y sostén de Floreal y de todo el movimiento cooperativo en medio del «desierto comunicacional de la izquierda y el progresismo» acontecido a fines de la década de 1980 y principios de la década del 90. «Este sostén se transformó en impulso, en crecimiento y derivó en que, a lo largo de los años, se pudiera construir un esquema comunicacional, una cantidad de equipos de laburo, de nuevos periodistas, productores y realizadores que hoy son la herencia de aquel empuje que recibimos y que permite que en un escenario comunicacional tan desparejo nuestras voces sean cada vez más potentes».
Luego compartió extractos de una nota de su autoría escrita pocos días después del fallecimiento de Floreal. La nota señalaba que «muere con Gorini alguien que, como cualquiera, tuvo todos los errores que pueden y quieran encontrarse cuando hay una vida entera dedicada a la acción política, pero que jamás se quebró ideológicamente. Muere con Gorini alguien que nunca se equivocó en lo esencial».
Legado vigente. Aliverti, Heller, Junio y Madjarova encabezaron el acto en la sala Solidaridad.
Foto: Horacio Paone
Artistas y gestores
Luego fue el turno de Antoaneta Madjarova, actriz y dramaturga a cargo del área de Infancias del CCC. «Tuve la suerte de trabajar junto a Floreal en los inicios de este Centro Cultural», recordó, y lo describió como «una persona extremadamente sencilla, con una gran humildad, siempre abierto al diálogo, a conversar, a escuchar». Y luego compartió la historia del CCC, iniciada antes de tener su edificio propio, en 1997. «Floreal Gorini tomó como referencia la experiencia de Liberarte, un espacio multifuncional, que más se aproximaba al proyecto que imaginaba. Tenía un gran respeto por los artistas y conocía perfectamente la importante tradición teatral que tiene Buenos Aires». Madjarova recordó esos primeros tiempos, en los que junto a Juano Villafañe, entonces director de Liberarte, comenzaron a trabajar junto a Gorini en la construcción de un proyecto cultural, artístico, cooperativo y de izquierda, que incluía las artes, las letras y las ciencias sociales. «Floreal se imaginaba un centro abierto para todos los sectores de la sociedad, con entradas populares y accesibles. A mí me pidió especialmente que me ocupara de una variada programación para las infancias y deseaba que el futuro centro se llenase de niños y niñas. Todo esto hoy es una realidad». También señaló que Gorini, dialogando con los artistas, «aceptó un gran desafío, que los propios artistas cumplan al mismo tiempo el rol específico y de gestores culturales. El artista, intelectual crítico, político y gestor cultural al mismo tiempo».
Punto fundacional
Heller recordó los inicios del proyecto del CCC y señaló cómo reflejaba la visión amplia que tenía Gorini no solo del cooperativismo, sino acerca la necesidad de desarrollar las ideas en la sociedad. «En ese mismo plano nace el proyecto Residencias Cooperativas de Turismo, que tenía la misión de completar toda esa actividad con lo que llamábamos el ocio activo, productivo, integrar en el tiempo libre de nuestros asociados el debate, las ideas, cosa que orgullosamente podemos decir que se sigue haciendo hasta el día de hoy en RCT». Y completó: «Esa es la concepción cultural que es la piedra fundacional y diferencial de nuestro cooperativismo con el resto del cooperativismo, que se resume en esa palabrita que nosotros le hemos agregado cuando decimos cooperativismo transformador». El concepto de la fraternidad opuesto al individualismo, a la competencia, a la confrontación y el interés de la comunidad opuesto a lo individual fueron algunos de los rasgos de ese cooperativismo diferente que Gorini sembró a su alrededor. «Un cooperativismo que aspira a ser motor de la transformación social, que reconoce que su esencia es socialista y por eso además de organizarse para la solución de un problema concreto se ocupa de los problemas de la sociedad en su conjunto y tiene un programa de principios que defender y una actitud crítica hacia el sistema que lo rodea y hacia las políticas que lo limitan o impiden su desarrollo. Un cooperativismo anticapitalista a favor de la construcción de una sociedad distinta», dijo Heller, citando a Gorini.
También reprodujo otros conceptos centrales en el pensamiento de Floreal, como el de la articulación de eficiencia y democracia, o su recordada frase «el país se hace desde adentro o no se hace». Por último, trajo las palabras de Ulises Gorini quien, el día de la despedida de Floreal, expresó: «Estamos en medio de su obra que no son los ladrillos o lo vistoso de este edificio, sino una trama de amigos, de relaciones, de solidaridad. Estamos en medio de esa obra, de muchas obras concluidas y algunas inconclusas, porque toda gran obra colectiva es siempre, de algún modo, una obra inconclusa».
Recuerdo y emoción. Un conmovedor video recorrió la fecunda vida de Floreal Gorini.
Foto: Jorge Aloy
Imaginar lo que vendrá
A su turno, Junio recordó que, a lo largo de todos los años al frente del movimiento nucleado en el IMFC, «Floreal siempre se comportó como aquel que es capaz de tener una mirada hacia el futuro desde su ideología, desde su inteligencia política. Siempre se destacó por ese rasgo de ser aquel que es capaz de imaginar lo que puede venir». «Por eso –agregó–, cuando vino con la idea del centro cultural sabíamos que además del amor y el respeto que le teníamos por haber transcurrido buena parte de nuestra vida con él, por su inteligencia, su compromiso político y la firmeza de sus convicciones, había una definición cultural, intelectual y política en este proyecto». Y expresó que «el CCC es su última gran obra y hemos logrado ser efectivamente un polo de la cultura progresista y de izquierda en la Ciudad de Buenos Aires».
Junio también recordó las cajas de crédito y su trascendencia en el sistema financiero argentino hasta que las dictaduras de 1966 y 1976 les asestaron un duro golpe. «Sobrevivimos, crecimos en todas esas derrotas y triunfos y Floreal tenía esa visión, esa firmeza y esa capacidad intelectual para enfrentar esas situaciones». También recordó el paso de Gorini por la Cámara de Diputados, con proyectos de ley como la reducción de la jornada de trabajo sin afectación del salario, un debate vigente en el mundo entero y en nuestro país, y la anulación de las leyes del punto final y la obediencia debida. «Siempre tenía la visión de que en la disputa ideológica hay que comunicar, por eso se fundó el periodico Acción», recordó Junio, y destacó además su actitud hacia los jóvenes, a quienes convocaba pensando en aquello que vendría, en un futuro que hoy es una próspera realidad.
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