14 de diciembre de 2024
Carolina Muzilli
Mabel Bellucci
Marea Editorial
192 páginas
Militante. En sus artículos, Muzilli denunciaba la pésima situación laboral de las mujeres.
Carolina Muzilli – Obrera, socialista y feminista es el resultado de una investigación minuciosa sobre una de las más destacadas luchadoras por los derechos de la mujer en la Argentina. Fue escrito por la archivista, editora y activista feminista queer Mabel Bellucci, autora de Orgullo. Carlos Jáuregui, una biografía política (2020) e Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo (2020). El libro tiene el valor de articular la intimidad de una vida singular con la atmósfera de la época que le tocó en suerte, las dos primeras décadas del siglo XX, cuando Muzilli luchó por mejores condiciones laborales para la mujer, el divorcio vincular y los derechos de la niñez, mientras la mujer era considerada o un objeto decorativo y de placer, o mera fuerza laboral.
«Yo llamo feminismo de diletantes a aquel que solo se interesa por la preocupación y el brillo de las mujeres intelectuales. Es hora de que ese feminismo deportivo deje paso al verdadero, que debe encuadrarse en la lucha de clases», escribía Muzilli hace poco más de cien años. Son conceptos rescatados por la biógrafa, que parecen acuñados durante la última marea verde y ponen en perspectiva la investigación de Bellucci, abocada al estudio de las coaliciones políticas entre los movimientos feministas, la comunidad LGTB+, los derechos humanos y las izquierdas anticapitalistas.
Hija de una familia obrera de inmigrantes italianos, la biografiada nació en Buenos Aires, el 17 de noviembre de 1889, y murió de tuberculosis en Bialet Massé, Córdoba, el 23 de marzo de 1917. En ese breve lapso, supo de las restricciones de la pobreza, habitando junto a su numerosa familia en un conventillo del barrio de Constitución; luego, como parte del colectivo de modistas explotadas que confeccionaban los ropajes ornamentales del clero y de la clase alta. La paga miserable y un horario que se prolongaba sin fin eran moneda corriente para las trabajadoras de entonces.
Muzilli estudió en el prestigioso profesorado de Lenguas Vivas, algo inusual para una adolescente proletaria. Sus compañeras, hijas de la élite, solían burlarse de ella por la sensibilidad social que expresaba en sus composiciones. Se afilió al Partido Socialista a los 18 años y publicó artículos en los que denunciaba la pésima situación laboral de las mujeres. Como inspectora, describió las tareas mal remuneradas de las gráficas, además de la doble jornada de trabajo a la que eran sometidas, en las plantas fabriles y en lo doméstico, como reproductoras de la fuerza de trabajo.
Aunque en el devenir genealógico del sindicato gráfico existe una historia militante, Carolina Muzilli – Obrera, socialista y feminista da vuelta el tradicional enfoque androcentrista, con protagonismo del arquetipo viril, y ofrece una reivindicación del género. La autora quiso abrir puntas para nuevas investigaciones en un texto que le llevó varios años de indagaciones sobre la historia y la cartografía de las gráficas y, también, sobre el acompañamiento de Muzilli, invisibilizado por la Gran Historia.
Muzilli pregonaba, en el periódico Tribuna femenina, por la voz y el voto de las mujeres, por la construcción de barrios obreros dignos, con huertas que despertaran el amor por la tierra y por el autocultivo del alimento. La ausencia de fuentes y la dispersión del material hacen más plausible la elaboración del libro, verdadera caja de herramientas, fruto de saberes preexistentes y de voces polifónicas.
La cultura también ha recibido el legado de Muzilli en las páginas de la novela de Manuel Gálvez, Nacha Regules, que se basó en textos de esta trabajadora. Alfonsina Storni le dedicó unos versos: «¡Ay amiga! fiera/ te atrapó la vida…/Cazadora fúnebre/ Te siguió en silencio/ Por selvas y villas;/ Te robó las carnes/ Te robó energías/ Te robó hasta el alma…/ Eras elegida/ ¡Ay, amiga triste/ eras elegida!».