24 de junio de 2025
La producción porcina nacional transita un sendero similar al de los años 90. Compras al exterior y competencia desleal para los pequeños y medianos empresarios del sector.
Concentración. Ochenta establecimientos tienen más del 50% de la faena.
Foto: NA
Abril marcará un hito en la cantidad de carne de cerdo importada. Hay que retroceder casi 28 años para encontrar una cifra similar. En ese momento se destruyó la producción argentina y todo indica que seguirá el mismo camino. La apertura comercial al arribo de alimentos desde el exterior genera una competencia desleal para los productores argentinos, quienes muestran un crecimiento y potencial que podría ponerlos a la cabeza del ranking global. Con el argumento de generar mayor competencia para así bajar los precios, el Gobierno habilita el ingreso de alimentos y productos de primera necesidad y destroza a la producción local. Y, además, no logra su objetivo de que los precios desciendan.
Si bien durante abril hubo un pequeño aumento de las exportaciones de carnes y subproductos porcinos, lo que sucedió ese mes en el sector es bastante paradójico en momentos en que el Gobierno nacional está preocupado por los precios y acude a medidas que no dan demasiados resultados. El precio del cerdo en pie prácticamente se mantuvo estable durante todo el mes, la media res porcina no se movió, pero el precio de los cortes al público subió un 3,4% y con una avalancha de importaciones, de acuerdo a las estadísticas oficiales.
En este contexto, los pequeños y medianos productores son los más afectados. «La producción tiene tres grupos de jugadores: los grandes, los medianos y los chicos. Los grandes son pocos. Ochenta establecimientos tienen más del 50% de la faena. Unos 500 productores medianos tienen entre 35% y 40%, y los pequeños, que son más de 1.600 productores, tienen solamente un 10%.
En esa división, encontrarás que los grandes tienen espaldas, tienen niveles de producción mucho más altos porque las inversiones son más caras, la razón por la cual sacan más kilos por animal y por año, que es la unidad productiva», explica a Acción el consultor Juan Luis Uccelli de JLU. «El problema es que entra carne que compite de forma directa y desleal, y esa palabra es importante –sostiene Uccelli en relación a la cantidad de agua que viene en la carne importada y que suma peso final– con la producción nacional, porque el producto entra congelado y entra con un costo de producción muy competitivo que, comparado con el nuestro, es más bajo, pero simplemente porque tenemos un dólar que no sé si es el correcto o el real», agrega.
Menos margen
En el sector apuntan a valores de peso de faena bajos y condiciones de mercado que no permiten aumentarlo y mejorar la rentabilidad por el valor de los alimentos. «Si bien se mejoraron los precios, aún la cotización dolarizada del cerdo en pie del mercado local es alta para poder ser un país competidor a nivel mundial. Los cambios de ahora en adelante pueden ser más seguidos, debido a la flotación del tipo de cambio. Durante el mes de abril la relación del precio promedio y el máximo se mantuvo con el mismo valor que el mes anterior y es el tercer mes consecutivo, poco común», señala un informe sectorial de la consultora de JLU.
Producto congelado. Las importaciones entran en esta modalidad y con costos de producción más bajos.
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Al comparar los precios dolarizados del capón en Argentina, Brasil y Estados Unidos, se observa que el capón nacional tiene un precio más bajo que en el país del norte, y a veces incluso similar o incluso más alto que en Brasil.
El sector, ante la falta de estímulo a la inversión (engorde), este año está produciendo animales más livianos que el anterior, una tendencia que posiblemente continúe durante todo 2025. El valor del Índice de Carne de Cerdo (ICC) expresado en dólares continuó disminuyendo por las correcciones del tipo de cambio, pero sigue siendo alto comparado con el año pasado. En abril, el ICC expresado en pesos subió el 3,4%, acompañando de lejos a la carne vacuna. En el acumulado de 12 meses arroja un aumento del 76,2%. «Si bien se encuentra debajo del promedio, habría que tener un mejor acompañamiento de parte del último eslabón», detallan desde el observatorio del sector. «El cerdo al productor tendría que haberle subido un poco más por lo que subió el precio al consumidor, pero no fue así porque están las importaciones de por medio. Entonces ahí ese pequeño productor que hoy está por debajo de la línea de flotación la suba le hubiese servido por lo menos para salir empatado», afirma Uccelli. En el sector sostienen que, para el pequeño productor, la solución «es trabajar en conjunto».
