Economía

Marcha moderada

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La menor demanda brasileña y la contracción del mercado local, tras la fuerte suba de precios, redujeron el ritmo productivo de las terminales. Políticas para revertir la tendencia antes de fin de año.

 

Zárate. Este puerto vio reducido a la mitad el uso de su capacidad de almacenamiento, que hasta 2013 se encontraba colapsado.
(Gentileza Terminal Zárate)

El funcionamiento del corazón de la industria argentina –el sector automotor– comenzó a mostrar importantes deficiencias, que difícilmente se superen, por lo menos hasta el último trimestre del año. Las consecuencias ya son nítidas en términos de un aporte negativo a la actividad económica y de suspensiones de personal. No obstante, el fuerte reacomodamiento tras la devaluación de enero y las medidas oficiales para cuidar el uso de divisas podrían perfilar para 2015 un horizonte con más producción local. Por lo pronto, la fuerte contracción del mercado nacional, sumada a la débil demanda de Brasil, tiene implicancias serias para todo el entramado de la industria local. Desde las terminales hasta las concesionarias, pasando por proveedores de materias primas, insumos y servicios, todos están siendo afectados por la caída de las ventas de automotores.
El tema ocupó un lugar central en la agenda de los ministros Axel Kicillof y Débora Giorgi, quienes mantuvieron sucesivas reuniones con las empresas del sector. Desde marzo se venía discutiendo en los encuentros con los privados la puesta en marcha del Plan Procreauto, que la ministra, junto con la Presidenta, anunciaron a fines de junio para reanimar la demanda interna del mercado automotor a través del impulso del crédito a tasa fija subsidiada del Banco de la Nación Argentina a cinco años de plazo. La financiación del plan –con vigencia hasta setiembre– tendrá «un costo financiero inédito del 17% de tasa de interés anual para los clientes del banco y del 19% para no clientes. Para alcanzar esa tasa, el Estado nacional subsidia 4 puntos», señaló Giorgi. Sin embargo, la ministra aclaró que la inmovilidad de la tasa de interés regirá sólo para el primer tramo del crédito: «Estuvimos trabajando muy fuertemente con las terminales y las concesionarias y acordamos una lista de precios que comprende 26 modelos de ocho automotrices, que han ingresado a este novedoso e inédito plan y que representan el 28% de todos los modelos que se fabrican en el país. Estamos financiando hasta el 90% del valor del vehículo, y con un tope máximo de financiación de hasta 120.000 pesos». Por su parte, el titular de la Cámara del Comercio Automotor, Alberto Príncipe, resaltó que recibieron el anuncio con grandes expectativas de mejora «porque estamos teniendo un mercado más unificado y de esta manera la gente se motivará porque la tasa es muy seductora». Y afirmó que el lanzamiento de los créditos significa «un cambio importante en el sector, que ayuda a generar crecimiento y sostener el empleo».

 

Empleo
En las reuniones con los empresarios del sector, la principal demanda gubernamental fue que el menor ritmo de producción –o la parada temporaria de plantas– no transforme las suspensiones (más de 10.000 desde comienzos de año) en despidos de parte de los 160.000 trabajadores de la cadena. «El sector se destaca por ser un gran generador de trabajo indirecto –señalan desde la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa)–, ya que a partir del multiplicador del empleo se estima que por cada puesto de la industria automotriz se generan otros cinco en el resto de la economía nacional: bancos, transporte, metalúrgicas, aseguradoras, y combustibles. Los distintos sectores que componen la industria emplean a unas 160.400 personas en base a cifras de 2012. De ese total, las terminales ocupan a 33.900 empleados, las autopartistas a 66.500 y los concesionarios a 60.000». Aun cuando todavía está pendiente el desafío de aumentar el contenido nacional en los vehículos, los eslabonamientos sectoriales hacia adelante y hacia atrás incluyen un importante número de metalúrgicas, fundidoras y proveedores de insumos básicos como acero, aluminio, vidrios, químicos y plásticos. No obstante, la situación en el país vecino no difiere demasiado de la local. Las automotrices de Brasil también están aplicando suspensiones de personal ante la falta de reacción del mercado y acumulaban 350.000 coches en stock en marzo, que equivaldrían a 48 días de ventas, mientras que en el mismo mes del año pasado la cantidad de autos almacenados correspondían a 35 días de pedidos. El parate del principal cliente externo de las firmas locales también afecta a las autopartistas, que destinan a ese mercado el 15% de su producción. Un escenario elocuente de la retracción es el puerto de Zárate, de casi exclusiva dedicación al sector automotor. El muelle fue noticia el año pasado por el colapso de sus playas ante el boom del mercado, mientras hoy tiene ocupada sólo la mitad de su capacidad de almacenamiento, lo que contrasta con las obras en curso para su ampliación. Lo cierto es que la modificación del tipo de cambio a comienzos de año implicó una suba de costos que se trasladó, exageradamente, a los precios de lista, con aumentos de entre 15 y 20%. Y un elemento adicional –si bien, acotado– fue el golpe sufrido por el tramo más jugoso en términos de rentabilidad, el de los autos de alta gama. Esos productos sufrieron el impacto del aumento de 30% del impuesto interno, dispuesto en diciembre último por ley nacional. En suma, el conjunto de factores da pie a pronósticos privados sobre una baja en torno del 15% de las ventas para este año; unas 130.000 unidades menos que en 2013.
El Palacio de Hacienda evaluó, además de la renovación del acuerdo automotor con Brasil, la evolución de los precios: el propio Kicillof dijo públicamente que fueron «desmedidos» los aumentos dispuestos en los últimos meses y sugirió que se desande ese camino para poder reactivar el alicaído mercado local. Cabe aclarar que el lanzamiento del Plan Procreauto supuso una baja acordada de precios con las terminales de entre 3 y 13%, aceptando aumentos entre enero y mayo de 18% como máximo. En el acumulado del primer cuatrimestre la producción cayó 17,9% respecto del mismo período de 2013, mientras que las ventas al público bajaron 18,3% y las exportaciones, 18,6%.
De los ajustes actuales dependerá tanto el relanzamiento productivo, con un estricto cumplimiento de las multimillonarias inversiones previstas –en el período 2008-2013, se registraron inversiones extranjeras directas por 16.900 millones de pesos en el sector, orientados a la producción de nuevos modelos, ampliación de plantas, desarrollo de proveedores y capacitación–; como el rediseño de una actividad compartida a nivel global con apenas 40 países (la Argentina se ubica en el puesto 20º de mayor fabricación y ventas de automotores) y que bordeó en 2013 el millón de unidades producidas.
Lo cierto es que, para asegurarse el ahorro de divisas en el primer trimestre, el Gobierno redujo la cuota de importaciones para las automotrices un 20% interanual en promedio, en algunos casos hasta el 27,5%. El lado positivo de la medida es que, a lo largo de 2014, se recuperarían no menos de 2.000 millones de dólares de saldo comercial, dadas las menores compras externas de vehículos y autopartes.

 

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