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Aborto: avanzada conservadora

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María Carolina Stegman

La revocación del fallo que otorgaba la libertad de decidir a millones de norteamericanas amenaza otras libertades. Un golpe a las más vulnerables.

Austin. Activistas por el derecho al aborto marchan al Capitolio del estado de Texas en protesta por el fallo.

CORDEIRO/AFP/DACHARY

Según datos del Instituto Guttmacher –una organización privada sin ánimos de lucro que defiende el derecho al aborto en Estados Unidos–, se calcula que el 58% de las norteamericanas en edad reproductiva, unas 40 millones aproximadamente, residen en estados hostiles al derecho al aborto. A partir de que la Corte Suprema de ese país anulara el pasado 24 de junio el histórico fallo Roe vs. Wade que legalizó el aborto en todo el país desde 1973, muchas, en especial las pertenecientes a grupos más vulnerables, tales como las latinas, afroamericanas, indocumentadas y trabajadoras con menos recursos económicos, verán cercenados sus derechos y solo aquellas que puedan viajar a otro estado, como el de New York, podrán acceder a la interrupción de su embarazo.
«Ahora que la Corte Suprema de Estados Unidos anuló Roe vs. Wade, el acceso a los servicios de aborto será prácticamente inexistente en muchos estados, obligando a los pacientes a viajar largas distancias para acceder a la atención y agotando los recursos de los proveedores en los estados que apoyan el derecho al aborto», aseguró Elizabeth Nash, referente de la organización. Nash señala además que «los 930.000 abortos realizados en todo el país en 2020 representan el primer aumento sostenido de abortos en casi tres décadas, y más de uno de cada tres de estos abortos se realizaron en estados que ahora tienen certeza o probabilidad de prohibirlos».
Esto es así ya que en 1973 la Corte Suprema norteamericana, aludiendo al derecho a la privacidad, en el fallo que se conoció como Roe vs. Wade, estableció que la Constitución protegía la libertad de las mujeres que quisieran optar por el aborto, sin ninguna restricción gubernamental. A partir de su revocación, por seis votos contra tres, cada estado decidirá si restringe o no la práctica. Un punto no menor es que 26 de los 50 territorios que conforman la nación estadounidense son gobernados por republicanos, que seguramente van a adherir a lo decidido por el máximo tribunal.

Desigualdades crecientes
«Es un giro conservador que ya se avizoraba, la Corte ya se había pronunciado en el caso Hobby Lobby, haciendo lugar a la objeción de conciencia de empresas prepagas para cubrir métodos anticonceptivos. Esto se veía venir, sobre todo porque los últimos tres miembros de la Corte los puso el expresidente Donald Trump. Como en toda restricción de derechos, siempre las más afectadas son las personas que pertenecen a los sectores más vulnerables, porque se profundizan las desigualdades en términos de género y también en términos interseccionales, es decir, los colectivos latinos, afrodescendientes, que están en un lugar de mayor subalternidad, son quienes se verán más perjudicados», sostuvo Soledad Deza, abogada feminista, presidenta de la organización Mujeres por Mujeres y abogada del denominado Caso Belén, en charla con Acción.
En lo concreto, lo que hace la sentencia es liberar a cada Estado a que regule legalmente el derecho a abortar. «Están en la situación en la que nos encontrábamos nosotras antes del 30 de diciembre de 2020. Si me preguntás por el impacto a nivel regional, creo que dependerá del sistema de cada país. Argentina afortunadamente está en otra situación, nosotras tenemos una ley que ha sido producto de consensos sociales y políticos impulsados desde los feminismos y por eso tiene una construcción de legitimidad mucho más fuerte –dice la abogada–. En Argentina hay tres acciones en la Corte que buscan revertir la ley 27.610, pero no hay un margen de constitucionalidad razonable para que se pueda alterar esa norma, lo que sí tenemos que pensar es en escenarios con exponentes afines a Trump, con figuras como Milei, que hace públicamente campañas impugnando la autonomía sexual y la libertad reproductiva; son escenarios donde puede haber un Congreso que derogue una ley, pero no es a través de un fallo que nuestra Corte va a poder revertirla», aseguró Deza.
Si, como afirma la abogada, los conservadurismos religiosos y los neoconservadurismos políticos tienen un paquete completo de leyes que impugnan la soberanía sexual, la resolución de la Corte norteamericana será solo el inicio del derrotero de otras libertades.
«El derecho al aborto es el botín más preciado de los conservadurismos, pero detrás de eso está el matrimonio igualitario, la identidad de género, la criminalización de las orientaciones sexuales diversas, la persecución del colectivo trans y la obstrucción de los métodos anticonceptivos. Tenemos que estar alertas porque los conservadurismos son transversales a todas las fuerzas partidarias, entonces siempre aparece un Milei o un Massot (expresidente del bloque PRO en la Cámara de Diputados, quien en las últimas horas dijo que “la discusión del aborto no quedó saldada en la Argentina”); como sociedad tenemos que tener presente que los derechos que tienen que ver con la soberanía reproductiva nunca están completamente a salvo, precisamente porque tocan nudos neurálgicos del sistema patriarcal que son los que reverberan y se nutren a la vez de la desigualdad de género para subsistir», concluyó Deza.

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