20 de octubre de 2022
Atenea es una federación que agrupa a siete cooperativas. Hoy cuenta con lugar propio y maquinaria adecuada para sus trabajos. Los logros en conjunto.
Tejeduría. «Es el proyecto principal y el más ambicioso», dicen los integrantes de Atenea. Un ámbito de trabajo donde prima el compañerismo.
FOTO: COOPAR/ANSOL.(CAM:JAZ MENDI)
El proyecto que comenzó el año pasado gracias a la unión de las cooperativas textiles sigue creciendo a pasos agigantados y ya está listo para nuevos desafíos. Los vínculos generados con el Ministerio de Desarrollo de la Nación y el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad ayudaron a que en la actualidad la Federación de Cooperativas de Mujeres Atenea pueda contar con un espacio cómodo y propicio para usar las 15 máquinas con las que cuenta la Federación, entre ellas las de coser y las tejedoras.
Enredo es una de las cooperativas textiles que hace base en el Polo Textil, ubicado en Barracas, junto con Sueños Compartidos, Cildanez, Textil Mataderos, Alcoyana y Aminugém. Además, allí funciona la cooperativa Sinfonía Cultural, que se dedica a la comunicación.
Analía Coccolo, secretaria de la Federación, y presidenta de Sinfonía Cultural, explica el enfoque de la iniciativa: «La idea es asociativamente y en forma mancomunada poder compartir un trabajo más consolidado entre las cooperativas y lograr, de alguna manera, que todas tengan un lugar en este eslabón productivo que estamos generando».
Coccolo detalla también que «nuestro objetivo es que, si bien no todas pueden estar acá, sí puedan estar compartiendo alguna tarea de trabajo. Eso es lo que hoy está sucediendo y sucederá con todos los proyectos futuros en la tejeduría, que es la que nos une a todas».
La importancia de tener un lugar donde puedan desempeñar las distintas tareas textiles fue fundamental para optimizar procesos de producción, tiempos y costos. La Federación hoy cuenta con diversas maquinarias como la de sistema de diseño y tizada digital, la de corte láser, la de plóter de corte, una sublimadora, computadoras, seis máquinas de coser y las tejedoras. Gracias a estos recursos incursionaron en la creación de los productos para Paka Paka, donde cada prenda y juguete está hecho por las distintas cooperativas.
«Somos una red de contención porque nos fortalecemos y aprendemos todo el tiempo», asegura Antonella Caruncho, tesorera de la Federación. En este sentido, desde Atenea explican que el protagonismo femenino dentro de la entidad fue voluntario. Lo que nació del azar se transformó en decisión colectiva: un día se dieron cuenta de que todas las integrantes eran mujeres y decidieron continuar por ese camino.
Las integrantes de la entidad también detallan las oportunidades que ofrece el rubro al que se dedican: «Por lo general, el oficio textil es un rubro en el que la mujer tiene una facilidad de adquirir algún beneficio económico, porque con una máquina de coser en sus casas ya pueden realizar algunos trabajos, cosa que en otros rubros es muy difícil. Buscar un espacio para consolidarnos fue necesario para obtener la independencia económica necesaria para iniciar cualquier proyecto».
Contención y compañerismo
Atenea es una de las pocas federaciones que tiene a todo su Consejo de Administración compuesto por mujeres; pero, explican, no buscan centrarse en un solo género, sino en que aquellos que puedan trabajar allí tengan en cuenta que van a estar en un lugar de contención y compañerismo, porque todas y todos entienden que, por encima del trabajo, primero está lo humano.
Actualmente están en funcionamiento las siete cooperativas y, entre los trabajadores y trabajadoras de las mismas y los empleados externos, suman un promedio de 20 personas por unidad productiva.
Al pensar en el futuro de la Federación, la tesorera reflexiona: «La tejeduría es el proyecto principal y el más ambicioso. La realidad es que la confección de la tela, que es el insumo más preciado dentro del ámbito textil, es nuestra prioridad, porque implica no tener que financiar la mano de obra y la materia prima, por ejemplo, para una licitación. Eso es lo más importante hoy: que la materia prima sea nuestra, tenerla hacia el núcleo interno primero y el día de mañana poder abrir el juego y comercializar hacia lo externo, obviamente dándole siempre prioridad al cooperativismo».
«Otro objetivo sería poder incorporar a la cooperativa Alcoyana como tintorería, para que la misma tela se pueda teñir dentro de nuestro círculo productivo y no por fuera, como lo estamos haciendo hoy», expresa Coccolo. En función al presente de la agrupación, explica: «Honestamente, no lo puedo creer. Esto es algo que surgió por la sinergia que tuvimos con Antonella, de Enredo, y con Adriana Carrizo, de Sueños Compartidos. Entre las tres empujamos un poco, negociando con distintos actores esta posibilidad».
En este sentido, coloca a la Federación como el claro ejemplo de que el cooperativismo y las ganas de trabajar en conjunto pueden lograr grandes cosas: «Es un trabajo consolidado que se hizo de diálogo y de haber demostrado que todo lo que nosotros decíamos que se podía hacer, se está haciendo».
Atenea apuesta a tomar este rumbo, según explica la tesorera Caruncho: «Tenemos la idea de seguir creciendo y de que se sume gente al proyecto, responsablemente y con conciencia de lo que estamos haciendo y lo que implica sostener un proyecto de este tamaño. No es fácil, pero somos muchas las que estamos al frente de diferentes cosas logrando un trabajo en equipo real».