13 de abril de 2023
En Río Cuarto, nueve mujeres se unieron para formar una cooperativa que ofrece productos de tela amigables para el ambiente. Apoyo del Banco Credicoop y el IMFC.
Visita institucional. Reynero, Tonelli y Pedernera en la sede de la textil riocuartense.
Allá lejos y hace tiempo, fueron un hotel. Hoy, los altos de una antigua casona en el centro de la ciudad de Río Cuarto, Córdoba, son el taller de la cooperativa de trabajo Artextil Magenta. En ese espacio, pintado del color de su nombre, rodeadas de máquinas de coser, telas y bobinas de hilos multicolores, Natalia Reynero, presidenta, y Natalia Pedernera, tesorera, se disponen a contar la historia de la entidad. Las jóvenes trabajadoras textiles llevan adelante un proyecto laboral sustentable: todos sus productos son de algodón orgánico y materiales que reducen el daño ambiental. «Elegimos el color magenta como nombre y en estas paredes que nos rodean a diario porque dentro de la escala cromática es el que otorga inspiración y luz», cuenta Reynero, quien muestra el taller y explica que el edificio es alquilado por varios emprendedores y artistas que conviven solidariamente. La charla se da en el marco de una visita institucional del Banco Credicoop, encabezada por Sebastián Tonelli, presidente de la Comisión de Asociados de la filial Río Cuarto del banco.
La cooperativa nació en 2008 a partir de una inquietud personal de Reynero, quien es bióloga. «Estaba gestando –relata– y quise salir del consumo habitual de pañales descartables, que se convierten en residuos patógenos llenos de dioxina». Así nació Ecoplumas, el nombre de su proyecto productivo con «insumos coherentes» dice, confeccionados con tela cruda de un algodón orgánico provisto por cooperativas de campesinos del norte del país. «Empecé a crear una línea de lo que llamé “combo familiar gestante” compuesto por pañales, protectores mamarios, paños menstruales, cambiadores y bolsos; todo con productos naturales agroecológicos y tela cruda textilada reutilizable. Vendía en ferias de las Sierras Chicas cordobesas donde vivía y recibía pedidos de muchas partes del país». Al mudarse a Río Cuarto, siguió vinculada a quienes también estaban fabricando en esta línea textil reutilizable: «Al llegar a esta ciudad me conecté con Florencia Mazzeti, actual secretaria de esta cooperativa y educadora en nivel inicial, quien elaboraba juguetes para bebés y niños. Con ella el aprendizaje fue mutuo en las ferias populares bajo precio justo y así fuimos sumando a otras mujeres, casi todas sostén de familia. Empezamos a armar una trama bajo el paradigma de las economías vinculadas al Buen Vivir».
Educación y solidaridad
«Yo estudiaba en un CENMA (Centro Educativo Nivel Medio Adultos), allí tuve de profesora de biología y química a Natalia Reynero, que nos introdujo al mundo de la economía solidaria», cuenta Pedernera. «Dentro de los proyectos escolares hicimos muchos emprendimientos como yerbas saborizadas, jabones y varios más. Vendíamos todo lo que hacíamos, eso me generó entusiasmo, me di cuenta de que la educación y la solidaridad abren puertas». Como le gustaba la costura, aprendió a coser y transformó su garaje en un taller al que se fueron sumando compañeras costureras y la idea de una cooperativa empezó a tomar forma. En el 2017 comenzaron a estudiar los principios cooperativos, estatutos e iniciaron líneas productivas de trabajo que contemplaban toda la cadena del proceso textil.
Hoy, las nueve integrantes de Magenta producen y comercializan lencería absorbente para mujer (paños diarios, menstruales, discos mamarios) mochilas, bolsos, juguetes, accesorios textiles para empresas, banderas, ropa ceremonial y también dictan talleres de capacitación.
La matrícula les llegó en el 2020 y con ella los vínculos con otros espacios cooperativos que las sumaron a grandes eventos donde pudieron mostrar sus productos, como el de la Red Ampliada de Comercio Justo del Litoral en el Pre Foro de Economía Social de Rosario y la Feria Internacional del Cooperativismo en Santa María, Brasil.«Al convertirnos en cooperativa nos dimos cuenta de que sin el tejido cooperativo no existiríamos y que es muy difícil mantener la grupalidad sin la presencia y el reconocimiento del Estado», asegura Reynero y agrega que, al formar parte de la Federación de Cooperativas de Trabajo Federadas del Sur de Córdoba, les llegaron máquinas en comodato y están gestionando trabajos junto a otras cooperativas de esa federación.
En el 2022, Artextil Magenta tuvo el apoyo económico de la Secretaría de Empleo de la Nación y, recientemente, recibieron un microcrédito del Primer Fortalecimiento de Asistencia Crediticia de la Municipalidad de Córdoba, ejecutado a través del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos.
«En la visita a la cooperativa apreciamos el grado de integración solidaria de sus asociadas –expresó Tonelli–, que se transforman en iniciativas productivas con calidad de confección, a las cuales apoyaremos, porque desde nuestra filial de Credicoop en Río Cuarto seguimos los lineamientos políticos del trabajo integrado con cooperativas, entidades de la economía social y microemprendedores, facilitando el acceso a distintos servicios y actividades».