16 de julio de 2024
Comenzó el juicio por el presunto homicidio del joven trans. Qué se espera de un proceso que pondrá en el banquillo, además de a los imputados, a la transfobia de la sociedad y del Estado.
Reclamo. La intensa movilización del colectivo LGBTI logró que se adelante el juicio, previsto para 2027.
Foto: NA
Tehuel de la Torre era un joven trans de 21 años que fue visto por última vez el 11 de marzo 2021 cuando salió de su casa en San Vicente para ir a una entrevista laboral en Alejandro Korn. Iba a encontrarse con Luis Alberto Ramos, un conocido que le había prometido una changa como mozo en un evento y unos pesos para pasar el fin de semana. Tras la denuncia por su desaparición se abrió en la Justicia la causa por «averiguación de paradero» y el 16 de marzo, en un allanamiento en la casa de Ramos, fueron encontrados restos de un celular quemado, una campera y una muestra de sangre que luego se determinó que era de Tehuel.
Por su desaparición y presunto homicidio, Ramos, de 39 años, y Oscar Alfredo Montes serán juzgados en dos juicios, porque los imputados tienen la posibilidad de elegir sentarse en el banquillo ante un tribunal técnico o frente a un jurado popular. Montes eligió esta última opción, que aún no tiene lugar ni fecha, en tanto Ramos se inclinó por la primera y su proceso oral y público es el que inicia este lunes 15 en La Plata en el Tribunal Oral en lo Criminal 2, por el delito de «homicidio agravado por odio a la orientación e identidad de género» de Tehuel.
La fiscalía de Juan Pablo Caniggia y la querella pudieron llegar a esa acusación por elementos que fueron clave: los restos de sangre, las partes quemadas de su ropa y de su celular, y las antenas de los teléfonos que revelan los movimientos de los imputados. También hay una foto de Tehuel con Ramos de la noche de su desaparición. Inicialmente, el juicio estaba previsto para agosto de 2027, pero la intensa movilización y activismo del colectivo LGBTI+, el Frente Orgullo y Lucha, el INADI y el ya disuelto Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad lograron anticipar la fecha. Sin embargo, nada pudieron hacer ante el desdoblamiento del juicio, con toda la vejación que esto significa para las víctimas.
La familia está dividida. Andrés de la Torre, papá de Tehuel, considera que los recursos del juicio habría que ponerlos en seguir buscando a su hijo. En cambio, su mamá, Norma Nahuelcura, impulsa el proceso con un equipo de cuatro abogados. «Estamos ante la primera desaparición de una persona motivada por el odio a la identidad de género. Una de las peleas más grandes que ha tenido el colectivo trans es la visibilidad, Tehuel fue invisibilizado muchas veces, la primera cuando no le tomaron denuncia a la novia, la segunda cuando buscaron una mujer en vez de una masculinidad trans, y la tercera es desaparición del cuerpo, la invisibilización máxima», dijo a Acción uno de los letrados, Cristian Ariel González. De hecho, a su novia Michelle no le tomaron la denuncia en la comisaría por ser menor de edad. Recién comenzaron a buscarlo luego de tres días.
«Si bien no apareció el cuerpo de Tehuel, la figura penal encuadra en un transhomicidio, es decir un homicidio por odio a la identidad de género según el artículo 80 inciso 4to del Código Penal, y la eliminacion del cuerpo está dada para llegar a la impunidad por el asesinato», explicó el letrado. Y agregó: «La figura de desaparecido está dada cuando no hay rastros de su condición, incluso cuando podríamos presumir su muerte. En este caso hay fuertes pruebas de que le dieron muerte en la casa de Ramos, manchas de sangre, eliminación de prendas de vestir, destrucción del celular de la víctima».
Maria Eugenia Ludueña, periodista y codirectora de la agencia Presentes, dijo a Acción que «este es primer juicio oral a uno de los acusados y genera mucha expectativa, el otro tendrá un juicio por jurados, lo cual implica, entre otras cosas, revictimización de la familia. Tehuel está desaparecido, con el dolor abierto que eso significa, pero hay fuertes indicios de que se trató de un homicidio. La sociedad necesita saber qué le hicieron, qué pasó con él. Se espera que el proceso oral y público pueda arrojar datos que ayuden a elaborar una respuesta». Ludueña, especializada en feminismos, géneros y diversidades, explicó que «si bien el agravante por odio a la identidad de género ya se aplicó en otros juicios, es la primera vez que se juzga el transhomicidio: el homicidio de un varón trans. Y acá habrá que ver si la Justicia es capaz de actuar con perspectiva de género y desde un abordaje integral de la situación de vulnerabilidad de Tehuel, un joven que fue a hacer una changa y terminó desaparecido».
Julio 2022. Allanamiento en la localidad bonaerense de Alejandro Korn en busca del cuerpo de Tehuel.
Foto: NA
Respecto del tratamiento del tema por parte de los medios, Ludueña hizo una comparación con el caso de Maia Beloso. «El caso de Tehuel tuvo poco abordaje mediático. En la semana de su desaparición, una nena de 7 años que había desaparecido ocupó la agenda central de los medios masivos, que difundieron su rostro. Fue un modo crucial de mover la búsqueda. El país estuvo pendiente hasta que fue hallada sana y salva. Con la cara de Tehuel no pasó eso. Que fuera la desaparición de un joven en democracia tampoco movió el amperímetro». Para la periodista, «los grandes medios tienen una mirada binaria, clasista y patriarcal, y eso sesga qué se destaca como noticia. Hay víctimas que les quedan lejos, como Tehuel, que era pobre y trans. ¿Qué hubiera pasado si desaparecía una joven porteña de clase media que fue a buscar trabajo al microcentro o a Puerto Madero? Algunos le dedicaron un pequeño espacio y sin respetar su identidad de género. Visibilizar esta noticia no solo podía ayudar a la búsqueda sino a abrir esos temas en las familias y en las políticas públicas».
En tal sentido, el caso Tehuel se inscribe en el marco de un crecimiento de los crímenes de odio, y de la situación de vulnerabilidad del colectivo travesti-trans para conseguir un trabajo formal e insertarse en el mundo laboral, más allá de las leyes que establecieron un cupo en el ámbito estatal.
La desaparición de Tehuel de la Torre puso en evidencia, una vez más, las deficiencias del sistema de búsqueda de personas en Argentina, tanto del Poder Ejecutivo como del Judicial. Además, la búsqueda de una masculinidad trans detonó del todo a los funcionarios, que no sabían si pedir un registro femenino o masculino de NN, o cómo cargar en una base de datos tal información. En general, se hacen muchas medidas del estilo de rastrillajes pero con baja efectividad. En 2022 la Unidad Especializada en Violencia contra las Mujeres del Ministerio Público Fiscal (Ufem) y la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) elaboraron un protocolo de actuación para la búsqueda de mujeres, lesbianas, gays, travestis, trans, bisexuales e intersex cuyas circunstancias de desaparición puedan tener que ver con su identidad de género. Sin embargo, en el ámbito de la antropología forense los registros siguen siendo binarios. A nivel general, existe el Sistema de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (Sifebu), pero no hay aún registros unificados de NN ni tampoco un banco de datos de ADN, lo cual constituye una deuda de los sucesivos Gobiernos: ninguno de los más de 40 proyectos de ley llegó jamás al recinto de la Cámara de Diputados.
Una mariposa
Norma Nahuelcura no tiene esperanzas de encontrarlo con vida, pero sí espera con ansiedad el juicio para obtener alguna respuesta sobre qué le pasó, qué le hicieron, dónde está su cuerpo. Un año antes de su desaparición, Tehuel se había mudado a la casa de su mamá en San Vicente, donde vivía con su hermano menor, su novia y el hijo pequeño de ella, de quien se había hecho cargo. Hizo su transición en la adolescencia, con el cambio de algunos aspectos físicos y estéticos, como cortarse el pelo bien corto. Pero mantuvo el nombre que le puso su mamá, que en lengua mapuche significa «corazón valiente». Tehuel le decía a Norma «recordame siempre como una mariposa». Su papá habla siempre de ella, en cambio la mamá alterna con «él».
Aunque Tehuel de la Torre no fue víctima de una desaparición forzada, su caso se emparenta con el de otro desaparecido en democracia, Miguel Bru, porque tal como sucedió con el estudiante de periodismo de La Plata, comienza un juicio sin el cuerpo del delito. La esperanza está puesta en que esta vez sí se pueda romper el pacto de silencio para, al menos, encontrar sus restos.
Ojala esos asesinos digan qué pasó con Tehuel, y les caiga el castigo que merecen de ambos tribunales, para que descanse en paz, para el descanso de su madre y de su padre. Que se haga justicia.