8 de agosto de 2022
Pese a la caída del valor histórico de sus acciones, las cinco grandes corporaciones de internet consolidan su posición dominante en medio de la crisis.
Bolsa. Alphabet perdió 20%, Amazon 21%, Meta 53%, Microsoft 16% y Apple 11%. Sumadas, sus acciones disminuyeron 2,7 billones de dólares.
FOTO: PLATT/GINA/GETTY IMAGES VIA AFP/DACHARY
Hace aproximadamente un año las cinco grandes corporaciones tecnológicas Alphabet (que contiene a Google), Apple, Microsoft, Amazon y Meta (dentro de la que está Facebook) mostraban que la pandemia había funcionado como viento de cola para ellas: a causa del encierro, actividades como las compras, trabajo, entretenimiento, educación, celebraciones, actividades recreativas, sociales, etcétera, se volcaron al mundo digital. Estas empresas contaron con la velocidad y los recursos para subirse a la ola y aprovecharla.
Así fue que en el segundo trimestre de 2021 Alphabet facturó un 62% más que el año anterior, Apple un 36%, Microsoft un 21%, Meta un 56% y Amazon un 27%; cabe recordar que, además, lo hicieron en un contexto de crisis generalizada, con buena parte de la economía parada. Estas empresas también reportaron miles de millones de dólares en ahorros.
En 2022 el envión de la pandemia terminó en una colisión frontal con una nueva crisis, esta vez ocasionada por la guerra en Ucrania (entre otros factores) que profundizó un proceso inflacionario ya instalado en el primer mundo. A fines de julio el NASDAQ 100 que mide la cotización de las empresas más grandes, lideradas por las tecnológicas, marcaba una caída de cerca del 25% respecto del inicio del año. Luego de hacer sus reportes de ganancias del segundo trimestre de 2022 el valor de las acciones de estas empresas cayó respecto del comienzo del año: Alphabet perdió 20%, Amazon 21%, Meta 53%, Microsoft 16% y Apple 11%. A fines de mayo la cotización bursátil de todas estas empresas sumadas había disminuido 2,7 billones de dólares. ¿Cómo dimensionar esa cifra? Tal vez ayude saber que es aproximadamente cinco veces el PIB argentino de 2021.
¿A dónde fue a parar ese dinero? El precio de las acciones de una empresa tiene que ver, en general, con su capacidad de generar ganancias. En el caso de las tecnológicas se suma un ingrediente: las expectativas. Como la mayoría de estas empresas tiene un historial de crecimiento meteórico, muchos inversores no solo compran las acciones por las ganancias que representan hoy sino también por la convicción de que crecerán mucho más en el futuro. Pero ahora algunas de estas empresas parecen estar encontrando su techo y ese «plus», vinculado con las expectativas, se pierde en el aire. Esto afectó en particular a algunas, pero otras también fueron arrastradas. Vale la pena acercar la lente a cada caso.
Por qué
Si bien todas las caídas están vinculadas con la crisis general y el aumento de la tasa de interés en Estados Unidos, cada una de ellas tienen factores específicos. El caso más extremo es el de Meta cuyas acciones cayeron más de un 50% en el año: la corporación salió de entre las cinco más grandes para caer al décimo lugar. La razón principal es que, por primera vez desde sus inicios, Facebook reportó en febrero una ligera caída de menos del 0,01% en cantidad de usuarios, aunque en julio reportó una leve alza del 1%. Las cifras son muy bajas, pero indican que se está alcanzando el techo. A eso se le sumó que el cambio de las políticas de protección de datos de Apple afectó su modelo de negocios publicitario y a que TikTok avanza fuerte en los sectores más jóvenes, entre otras razones.
Otro al que los resultados no lo vienen acompañando es a Amazon que volvió a dar pérdidas por segundo trimestre consecutivo: 3.800 millones de dólares en el anterior y 2.000 millones en este. Su negocio principal, la compra y venta de productos se vio afectado por la inflación, pero también por la disminución de la demanda postaislamiento. A eso se suma la compra de otras empresas, en particular Rivian (un fabricante de autos eléctricos) cuya caída en la bolsa por 3.900 millones de dólares hundió los resultados de la empresa. Lo que sigue creciendo es su servicio en la nube, AWS, y su servicio de publicidad online que avanza sobre el territorio de Facebook y Alphabet que dominan ese mercado. Amazon despidió a casi 100.000 empleados sobre un total de 1,52 millones.
La facturación de Alphabet, proveniente sobre todo de la venta de publicidad, creció «solo» un 13%, muy por debajo del 62% del año anterior. Por eso su ingreso neto se redujo de 18.525 millones de dólares a 16.002 millones, cifras igualmente impresionantes pero que por primera vez en mucho tiempo desaceleran. Por su parte, las empresas más antiguas de las cinco grandes tuvieron un fuerte freno: las ganancias de Apple fueron de 19.442 millones de dólares, un 10% menos que el año anterior, y las de Microsoft fueron de 16.700 millones de dólares, un magro crecimiento del 2%. No son tendencias a las que estén habituadas.
¿El fin?
Cabe insistir en que estas cinco empresas son rentables desde hace años. Amazon, por ejemplo, que dio pérdidas en los últimos dos trimestres, no reportaba números en rojo desde 2015. Muy distinta es la situación para otras que nunca dieron ganancias como Uber, o que lo hicieron en contadas ocasiones, como Twitter. Otras como Netflix, que dan ganancias, también sufrieron una caída fuerte en su cotización por dejar de crecer.
El panorama general de las empresas tecnológicas no es bueno, pero en las cinco más grandes hay una diferencia determinante: cuentan con suficiente dinero para aguantar. Paradójicamente, esto puede permitirles seguir comprando empresas, como ya lo venían haciendo, pero a menor precio y mayor velocidad (ver recuadro). En ese caso, aseguran algunos expertos, la crisis puede consolidar aún más su posición dominante en los nichos que manejan y acelerar el proceso de concentración.
Las únicas variables que juegan en contra de esa tendencia provienen de las regulaciones. Una de las más importantes es la Ley de Mercados Digitales de Europa que plantea distintos mecanismos para romper el cerco de los jardines cerrados de las corporaciones, sobre todo por favorecer la interoperabilidad, es decir, la posibilidad de acceder a los mismos servicios desde distintos dispositivos, aplicaciones o plataformas. En Estados Unidos la regulación sobre estas empresas fue uno de los ejes de la última campaña presidencial. Joe Biden declaró: «Debemos hacer responsables a las redes sociales por el experimento que están conduciendo en nuestros hijos para obtener ganancias». Sin embargo, las regulaciones no llegan, al menos por ahora, y los recursos de quienes deberían controlar no dan abasto.
En definitiva, la crisis, al menos para las grandes corporaciones tecnológicas, también resulta una gran oportunidad.
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