28 de junio de 2025
En el barrio porteño de Belgrano, un gran espacio cultural cooperativo brinda una oferta múltiple y diversa. Música, teatro y fútbol, sus tres pilares.

Cartelera variada. Que Tren pone en escena espectáculos para todos los públicos y edades.
Foto: Gentileza Que Tren
El Espacio Club Cultural Que Tren nació en plena pandemia, de la mano de la cooperativa de circo Alboroto. Ubicado en Olazábal 1784, en el sector del barrio porteño de Belgrano conocido como Barrio Chino, funciona junto a las vías del ferrocarril Mitre. Al ingresar, lo primero que se ve es una cancha que la cooperativa utiliza de diversos modos. De lunes a jueves son infaltables los partidos de fútbol, también funciona una escuela de movimiento para infancias. Pero, a la par, se ha convertido en un lugar de referencia para las disidencias que participan en campeonatos de fútbol transfeminista. «De viernes a domingos la cancha se trasviste para volverse espacio escénico y que sucedan otros espectáculos», cuenta con entusiasmo Alejandra Ceciaga, tesorera. Es así que en el Club Cultural se puede desplegar una feria de pequeños emprendedores, charlas como la que dieron Pedro Saborido y el artífice del sitio «The Walking Conurban» en el mes de febrero, espectáculos para niñeces como el del grupo Vuelta Canela, que ya es un habitué del lugar o shows para adultos. Algunos ciclos son gratuitos y otros, con pago de entradas.
«Es un lugar con una propuesta muy ecléctica. La transformación del espacio vino de la mano de nuestras transformaciones personales. Somos una compañía de circo, pero en la medida que crecimos y tuvimos hijos, de ser superacróbatas ahora somos medio acróbatas jubilados», narra Ceciaga entre risas.
El edificio donde funciona Que Tren es de una de las asociadas de la cooperativa y, por cuestiones legales, no se puede vender, por lo que es explotado en comodato. «Acá funcionó una escuela de circo y de artes de movimiento durante el 2003. Nosotros como compañía nos íbamos todos los años a hacer temporada callejera a Villa Gesell. Con la pandemia, era impensable continuar haciéndolo, entonces decidimos habilitar la cancha como espacio cultural independiente. Así fue como empezamos con la realización de un festival para infancias y un ciclo para adultos y desde ese momento, no dejamos de programar ni un fin de semana. Teníamos todo a favor. Había necesidad de un espacio así, con un aforo tan importante. En un momento en el que no podías juntar ni diez personas, nosotros podíamos reunir 100, aún con todo el protocolo».
«Estamos muy contentos y orgullosos de lo que armamos. Generamos trabajo para un montón de gente porque, si bien no es el único sustento de estas 18 familias, para todos es nuestro ingreso principal», sostiene Alejandra Ceciaga.
La elección cooperativa
Fue en el 2020 cuando decidieron abandonar su condición de monotributistas y constituirse en cooperativa. En ese momento eran 6 asociados, pero al día de hoy suman 18 entre técnicos, iluminadores, sonidistas, artistas y personal de atención al público.

Multiespacio. La propuesta conjuga deporte, diversidad, arte y cooperativismo.
Foto: Gentileza Que Tren
La administración de Que tren no impide que la compañía de circo Alboroto siga «alborotando». «Además de la escuela de circo, alternamos entre actuaciones acá y en diversos teatros. Pero, como somos callejeros, nos llaman mucho de los municipios que compran directamente el espectáculo», explica su tesorera.
Que la compañía se llame Alboroto amerita una explicación. «El deseo de trabajar en la vía pública tiene que ver con alborotar, con desordenar, con cambiar la perspectiva del lugar que uno habita de determinada manera y que de pronto es habitado de otra y eso te sorprende y te transforma. Y, además, no se puede hacer un alboroto solo, siempre es colectivo», señala Ceciaga.
Una frase da la bienvenida al salón donde se aprende circo: «Soy canchera, no me subo a cualquier tren». Al respecto, Alejandra Ceciaga explica: «Teníamos un ciclo nocturno que se llamó “cancheras”, en alusión a que somos mayoría mujeres y hay una cancha, por tanto, somos cancheras por excelencia. ¿A qué tren subimos? Creo que nos vamos subiendo y bajando de muchos trenes, esto multifacético que tenemos también tiene que ver con nuestra propia dificultad de elegir un solo tren al que subirse. Sin embargo, la única camiseta que me puse fue la de Alboroto y creo que al único tren que finalmente nos subimos, con todos nuestros bártulos, es a Que tren», concluye. El cooperativismo es el camino para emprender ese camino artístico y colectivo.