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Del algodón a los ahumados

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Ulises Rodríguez

La cooperativa de chacinados La Unión nació tras la quiebra de la entidad agropecuaria homónima. Apoyo del Banco Credicoop.

Presidencia Roque Sáenz Peña. La recuperación de la cooperativa permitió conservar más de 20 puestos de trabajo.

Foto: Nicolás Fogolini

La ciudad chaqueña de Presidencia Roque Sáenz Peña, a 170 kilómetros de Resistencia, es conocida por ser la capital nacional del algodón. Al ritmo de esta industria que supo ser muy próspera en la primera mitad del siglo XX nació, en 1937, la cooperativa agropecuaria La Unión Limitada que, a partir de la crisis en el sector, estuvo concursada durante veinte años hasta que, en junio de 2020, durante la pandemia, terminó declarando la quiebra.
Los trabajadores que la integraban, lejos de resignarse, decidieron recuperarla para poner en marcha un nuevo emprendimiento, pero esta vez orientado al sector cárnico. Daniel Comán, presidente, cuenta que la situación los tomó de sorpresa: «Ya sabíamos que estaba concursada, pero como venía de veinte años no pensábamos que sucediera, así que ahí no lo dudamos y nos reunimos con algunos compañeros con la idea de seguir trabajando y así surgió la idea de conformar la cooperativa». Los chacinados y embutidos eran otro de los rubros en el que la cooperativa agropecuaria se desempeñaba originalmente. Tras el proceso de recuperación, los trabajadores se quedaron con el sector cárnico. El mismo hoy cuenta con un frigorífico, una fábrica de chacinados y tres bocas de expendio al público, una de ellas mayorista. La especialidad de La Unión son las carnes ahumadas de cerdo, chorizos frescos y fiambres cocidos.

Herencia checa
Además de la venta de carne fresca al público, la especialidad de la cooperativa son los ahumados siguiendo recetas checas. De hecho, en el centro del logo de La Unión Limitada puede leerse la palabra «Uzeny», que significa «ahumado» en checo. Pero el vínculo no acaba allí: el ingeniero Luis Alberto Hopian, encargado de la planta de chacinados, cuenta con antepasados de esa nacionalidad. Es él quien se ocupa de decir que la cooperativa elabora «una variedad de cuarenta productos, algunos de ellos con mayor frecuencia que otros y la mayor parte de ellos son ahumados».
La Unión cuenta con uno de los pocos hornos a leña que quedan en la zona, al que alimentan con quebracho colorado, el secreto mejor guardado de su ahumado, ya que además reúne dos condiciones esenciales como el hecho de que se trata de una madera que da una temperatura de régimen constante que favorece el tiempo de ahumado. «Se estabiliza, se la puede controlar mucho mejor y por eso salen mucho mejores productos porque se trata de una madera que se puede conseguir en la zona», explica Hopian.

Nueva vida
Con tres años de (nueva) vida, La Unión es una cooperativa con mucho potencial. Todo ese recorrido, afirman los asociados, no hubiese sido posible sin el acompañamiento permanente de la filial Roque Sáenz Peña del Banco Credicoop. Comán explica que «uno de los requisitos para conformar una cooperativa es tener que abrir una cuenta en un banco y el único banco que nos abrió las puertas fue el Credicoop. En base a esa relación empezamos a trabajar con ellos y después, al ver cómo trabajábamos, siempre estuvieron siempre al lado nuestro asistiéndonos, invitándonos a charlas y a capacitaciones». 
A partir de ese vínculo, afirman, la visión que tenían sobre el cooperativismo fue cambiando. «Comenzamos a ver que la cooperativa no era solamente una forma de desarrollarse sino de transmitir solidaridad en muchos aspectos. Por ejemplo, nosotros, con algunos productos que tenemos, tratamos de ser solidarios con nuestra comunidad y entregarlo a precio de costo o a bajo precio para que todo el mundo pueda consumir ese producto». 
De los 24 asociados con los que cuenta actualmente la cooperativa, solo hay una asociada: María Sánchez, quien con apenas 20 años es una de las cajeras de una de las sucursales de La Unión. Desde ese lugar no duda en remarcar que «los productos que más se llevan son los chacinados y la carne ahumada» y que a pesar de formar parte del emprendimiento desde hace apenas dos años, su vínculo con la cooperativa hay que buscarlo más atrás en el tiempo porque su papá trabajó 44 años en La Unión y «cuando falleció nos quedamos sin sustento, por eso entré a la cooperativa». Como suele suceder, las cooperativas son un lugar de aprendizaje para los asociados: «Aprendí de todo, del tema de carnicería, de fiambrería y también de atención al público que era lo que me daba mucho miedo al principio porque era muy reservada», cuenta.

Especialidad. Embutidos y chacinados, los productos más buscados por los clientes de La Unión.

Foto: Nicolás Fogolini

Nuevos desafíos
Actualmente, La Unión produce alrededor de 450 kilos diarios de carnes ahumadas, unos 15 mil kilos por mes. «Nos iniciamos hace tres años, fuimos mejorando la producción, sabemos que es un producto conocido en la región y que tenemos posibilidad de expandirnos», afirman los asociados.
El próximo desafío es llegar a la capital provincial. «Queremos comercializar en Resistencia, que es un mercado importantísimo, pero todavía se nos complica, pese a tener ya otorgadas las habilitaciones a nivel municipal, provincial y nacional». La razón, entre otras, es que aún no cuentan con vehículos propios para la distribución. Adquirirlos será el próximo paso para continuar el crecimiento de una entidad con base solidaria y arraigo local.

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