Cultura | CAMBIOS EN PAKA PAKA

Oda al liberalismo extremo

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Luciana Rosende

El Gobierno anunció que la nueva programación del canal público infantil iba a evitar la «bajada de línea», pero la inclusión de dibujitos como Tuttle Twins no hace más que desmentirlo.

Desborde ideológico. La serie protagonizada por los mellizos Tuttle y su abuela se dedica a denostar al Estado.

«¡Prepárense para una aventura totalmente renovada en Paka Paka!», anunció el Gobierno desde las redes sociales del canal estatal infantil (no así desde la web, porque la mantiene «en construcción»). Prometió, a partir de julio, una nueva programación para la señal que fue cuna de Zamba, el personaje-niño a quien la nueva gestión está «arreglando».

Habrá contenido «sin bajada de línea ideológica y poniendo el foco en los valores», aseguraron, pero lo que dieron a conocer sobre la nueva programación ya refutó esa premisa. Sobre todo por la inclusión de los dibujitos Tuttle Twins, una oda al liberalismo económico extremo, sin disimulo.

Además, se incorporarán «títulos internacionales» como Dragon Ball, así como un programa especialmente orientado a sus fanáticos, Gen Z. Otros contenidos que ya se anunciaron son las series World Trigger, Mouk, Bobby and Bill y Ultrazombies, además de Argentinhitos, Cuna de campeones, A veces sí, a veces no, Los chicos preguntan y «un increíble programa de ajedrez animado hecho por el primer estudio de animación propia del canal».

La idea de que están «arreglando» a Zamba no tardó en generar polémica, pero fueron los contenidos de Tuttle Twins los que más escozor causaron. Se trata de una serie animada creada en Estados Unidos, que apunta a enseñar economía y política a niños y niñas desde una perspectiva liberal y mormona. Está financiada y producida por la fundación Libertas y se basa en los libros del activista Connor Boyack, con denostaciones al Estado, los impuestos y el marxismo. Está protagonizada por los mellizos Emily y Ethan Tuttle, quienes viajan en el tiempo con Gabby, la abuela cubana que les muestra el horror que dejó la revolución en su país.

«Cada capítulo es un aspecto de una plataforma que se estructura alrededor de combatir la “influencia marxista” de Hollywood, adoctrinar en el liberalismo más extremo que solo se preocupa por la propiedad privada y rechaza el pago de impuestos, la educación pública, las escuelas y universidades. Son anticuarentena y procriptomonedas. Y están obsesionados con el anticomunismo», describe el periodista Tomás Eliaschev, especializado en dibujos animados, a la serie protagonizada por los mellizos Tuttle. Entre los capítulos se encuentran títulos tan burdos como «¿Qué tienen de aterradores los subsidios?».

«Me parece que este anuncio es más bien algo pensado por adultos para molestar a otros adultos, para consolidar a su propio núcleo. Porque la serie en términos visuales puede tener algunos aspectos atractivos, pero es un poco mediocre la narrativa. Es una bajada de línea, demasiada propaganda sobre demasiados temas, sin una historia entretenida. No le pronostico mucho éxito, que se transformen en personajes queridos», señala Eliaschev en diálogo con Acción.


Pensado para otro público
Desde que se anunció la llegada de Tuttle Twins a Paka Paka, Flavio Buccino –uno de los referentes de la organización Argentinos por la Educación, exmaestro de grado y especializado en gestión educativa– se dedicó a ver una veintena de episodios de la serie para analizarla «desde un punto de vista didáctico».

«El primer elemento que salta a la vista es que, más que un material didáctico, es un material de propaganda ideológica trabajado con dibujos animados. Orientado a chicos, pero de un nivel bastante pobre», describe a este medio. Además de estar «al servicio de un adoctrinamiento libertario», Buccino señala que «no corresponde a nuestra realidad social y política: es un dibujo que tiene que ver con Estados Unidos».

«Cuando hablan de la universidad plantean no dejar deudas, cuando en Argentina es pública y gratuita. Cuando miran a Cuba están detrás de un marxismo que ya no existe. El material es malo porque en definitiva no corresponde al momento histórico, al lugar, a los pibes argentinos», resume el especialista. «Hay una cuestión concreta y es que no corresponde a nuestra currícula», sentencia.

Entre las muchas diferencias que hay con la programación anterior, esa es una clave: «Los contenidos de Zamba siempre estuvieron respaldados por una validación educativa. Desde el inicio, contamos con la participación de especialistas en cada área y con el asesoramiento de equipos del Ministerio de Educación. Ese trabajo conjunto garantizó que cada capítulo pudiera dialogar con los marcos curriculares escolares y resultar una herramienta útil y atractiva para el aula», cuenta Cielo Salviolo, ex directora de Paka Paka.

Tras esa gestión, Salviolo se convirtió en una de las directoras de Labi, agencia de investigación abocada a las infancias. Un estudio realizado por esa consultora en 2024 sobre consumos de medios y entretenimientos mostró que, entre nenes y nenas de 6 a 9 años, Zamba seguía siendo el personaje favorito. ¿Podrán los mellizos libertarios cautivar a ese público?

«Las audiencias infantiles no solo son diversas, sino también muy exigentes. Suelen ser críticas, atentas y selectivas con los contenidos que consumen. Por eso, pensar que los niños y niñas reciben pasivamente lo que se les ofrece es un error», considera Salviolo. «Para que un contenido conecte genuinamente con ellos debe ser relevante, emocionalmente resonante y estar construido con calidad narrativa, estética y conceptual».


Con la nuestra
«Milei intentó cerrar la televisión pública argentina. No se lo permitieron. Así que en su lugar está emitiendo Tuttle Twins. Si hay que tener medios financiados por el Estado, mejor enseñar a los niños los peligros del Estado». El mensaje fue fijado en la cuenta de X de Tuttle Twins TV, que pese a denostar lo público ya había celebrado la llegada del dibujito libertario al canal estatal infantil.

«En 2021 el grupo de Connor Boyack anuncia el lanzamiento de Tuttle Twins sin los impuestos de la gente… ahora es con los impuestos nuestros. Por su discurso, nunca antes se pasó en ningún otro canal educativo ni público», señala Eliaschev. El periodista reconstruyó cómo llegó este dibujo anti-Estado a un canal estatal: cuando Boyack publicó el libro Los mellizos Tuttle y las medallas al mérito incluyó a Milei con su latiguillo «¡afuera!». El presidente argentino retuiteó la referencia y tan solo unos meses después «el Estado Nacional pagó U$S 8.000 por las dos primeras temporadas de Tuttle Twins. Son 12 capítulos de 25 minutos de pura propaganda antiestatal hecha en Utah. Una parte pagada por contribuyentes argentinos».

Más aún, se pagó por la adquisición de los derechos no exclusivos de emisión de contenidos de Dragon Ball Z: U$S 163.000 dólares más IVA, según consta en una contratación directa firmada por Walter Gómez, joven director libertario de la señal, que responde al poderoso asesor presidencial Santiago Caputo y cuyo cargo está bajo la órbita del vocero Manuel Adorni.

En tanto, la diputada nacional del PRO, Silvana Giudici, presentó un proyecto de ley para disolver el canal infantil, mientras su par de la Coalición Cívica, Marcela Campagnoli, propuso una declaración de repudio sobre el carácter «ideológico» del nuevo Paka Paka. Todo esto, antes del estreno formal de la programación libertaria. En medio de la pompa con la que se anunció el nuevo Paka Paka y la polémica que generó, pasó desapercibido un dato: la idea de privatizar la señal sigue vigente. «Todo está en permanente revisión en relación a la programación. Estamos buscando un mix de cosas de bajo costo en función del interés de un potencial comprador. Porque la idea es que todo se hace para venderlo», dijeron al diario La Nación fuentes al tanto del armado de la nueva grilla, del entorno de Gómez. Según esta versión, a Zamba lo están «arreglando» para ofrecerlo al mejor postor.

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