26 de agosto de 2015
El FestiFreak y el Fesaalp atraen al público cinéfilo hacia la capital provincial. Estrenos, películas descatalogadas y proyecciones mudas con música en vivo.
Es un hecho que la ciudad de La Plata convive con dos festivales de cine independiente ya instalados: FestiFreak (que este año va por su onceava edición, a partir del 2 de octubre) y Fesaalp (Festival de Cine Latinoamericano, que llega a su décimo capítulo el 10 de setiembre). Ambos cuentan con poco apoyo municipal y auspiciantes que hacen posible solo algunos de los sueños de los realizadores. Mientras que el impacto cultural de las universidades en la ciudad desborda los marcos formales, las nuevas fronteras de la gestión cultural independiente aportan espacios y metodologías renovadas para el desarrollo de actividades creativas. Luciana Aon, platense y crítica de cine, asegura: «Me parece fundamental la continuidad que han logrado ambos festivales. Y celebro cómo han sabido construir a lo largo de sus ediciones un perfil particular cada uno en cuanto a programación, público y las actividades que los acompañan».
El FestiFreak se realiza en el Pasaje Dardo Rocha y, durante la apertura de su inminente edición, contará con la proyección de la nueva película de Laura Citarella, La mujer de los perros. Su directora explica que «desde El Pampero Cine siempre preferimos pasar nuestras películas en este festival. Sentimos que hay empatía en la manera de trabajar y en la metodología de producción». El FestiFreak empezó en 2005. En aquella ocasión, participaron más de 200 cortometrajes de todo el país, que fueron vistos por alrededor de 2.000 personas. Su director, Joaquín Almeida, asegura: «La mayor alegría es ver las salas llenas. Cuando ocurre eso es porque lograste comunicar eso que querías comunicar. Significa que todo lo que estuviste trabajando durante 11 años dio sus frutos». Este año también se podrá ver La princesa de Francia, de Matías Piñeiro. Dentro de la sección «Cero en conducta» se proyectará Muerte en Arizona, un documental de Tin Dirdamal; Ai Weiwei The Fake del dinamarqués Andreas Johnsen; Behind Jim Jarmusch, de Léa Rinaldi y Brasil S/A del director pernambucano Marcelo Pedroso.
Además de lo anterior, el festival presentará una sección dedicada a rescates de películas subvaloradas, olvidadas o que no lograron visibilizarse en su momento. Serán parte de esta sección Todos juntos, de Federico León y El nadador inmóvil, de Fernán Rudnik. Luego, y una vez más, habrá películas mudas musicalizadas por bandas. «A nosotros nos ha caracterizado siempre la parte musical. En el festival se han presentado muchas bandas emergentes, que después terminaron siendo tapas de los medios especializados», explica Almeida.
Luego de su novena edición itinerante, el Fesaalp vuelve al Centro Cultural Malvinas. Durante 2005 los impulsores de este festival empezaron un programa de radio llamado Ópera prima. Su segundo paso fue el ciclo de cine Cuatro miradas y, más tarde, organizaron el primer Fesaalp, cuya programación apuntó al cine provincial. La mirada luego fue nacional y, en el tercer año, se convirtió en latinoamericana. «En cada edición sentimos que nos encontramos con más desafíos, propuestas y alegrías para compartir. 10 años es un montón, pero también es muy poco en la historia del cine. Siempre nos preguntamos cómo seguir construyendo algo así en La Plata, una ciudad que tiene su Facultad de Comunicación Audiovisual, y que ha acunado historias de directores, productores y actores de renombre en el campo nacional», explica su directora, Lía Gómez.
«El cine latinoamericano tiene una larga historia», destaca Gómez, antes de problematizar la producción independiente bajo ese contexto. «Creo que hoy el fomento a la industria audiovisual, los marcos regulatorios y el avance de la tecnología han hecho que lo independiente sea un concepto en discusión. En las salas comerciales es casi nulo el estreno de títulos del continente, entonces los festivales también sirven un poco para difundir ese cine», concluye.
Entre las películas y directores presentes este año, estará Federico Sosa con Yo no sé lo que envenena (Competencia Argentina). «Es un festival especial, ya que estuve con mi corto Argentino Vargas hace 5 años. Volver con mi primer largometraje es un gusto enorme», explica Sosa. Pablo Rabe, que participará con el largo platense Tejen, afirma: «Que Fesaalp llegue a su décima edición es motivador para quienes estamos intentado realizar cine independiente. En tanto difusión y exhibición, es importante y necesario que crezca como espacio de circulación de lenguajes y relatos locales, regionales, teniendo en cuenta que, paralelamente, La Plata se volvió un lugar de mucha iniciativa y diversidad en producciones». José Campusano, que estará también en la Competencia Argentina con El perro Molina, completa: «Creo profundamente en estos espacios donde la producción latina es prioridad, y donde además nos despegamos de esa perjudicial tendencia a emular el perfil de festivales europeos».
Citarella, también directora del film Ostende, por un momento se para en el lugar del público, y comenta: «Son espacios de mucha libertad, donde siempre la programación es amplia y expansiva y donde existen el entusiasmo y la alegría. No hay ninguna sensación de esas que uno tiene en otros festivales, donde la competencia y el mercado nublan la vista de los participantes».
—Facundo Arroyo