Opinión

Elena Reynaga

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«En vez de discriminar, pensemos por qué la gente paga. ¿Será que somos todos responsables? La mayoría de los clientes no son jóvenes y están casados. La sociedad todavía no puede vivir la sexualidad libremente, no pueden expresar qué les gusta, qué sienten. Hay que terminar con tanta hipocresía.»

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